Una distensión muscular es el desgarro parcial o completo de fibras musculares, que se rompen, en mayor o menor cantidad, dependiendo de la violencia del gesto causante de la lesión. El desgarro puede ser tan ínfimo que sólo pueda ser observado y diagnosticado a través de microscopio o ecografía, o puede ser tan grave que provoque un sangrado interno por rotura masiva de fibras musculares.
En el momento de producirse la lesión, las fibras musculares afectadas se retraen formando una brecha entre los extremos rotos. En ocasiones, además de verse afectadas estas fibras, también pueden verse implicadas las estructuras circundantes como el tejido conjuntivo (tendones) o los vasos sanguíneos. La afectación de los vasos sanguíneos evidencia la existencia de un hematoma en la zona afectada.