La causa más frecuente de implantación de una prótesis de rodilla es la artrosis. Cuando el grado de deterioro de la rodilla y el consiguiente dolor te impidan caminar y no conseguimos mejorar la articulación con ningún tratamiento debido a su avanzado deterioro o deformidad severa, la solución consiste en sustituir las superficies articulares por una prótesis.
¿QUÉ ES?
Este tipo de implantes son reproducciones de las articulaciones que forman la rodilla, fabricados con diversos metales y materiales plásticos que reproducen la movilidad normal de la rodilla.
Los huesos de la pierna, el fémur y tibia se unen mediante la articulación de la rodilla. Tanto el cartílago que recubre la superficie articular como los meniscos permiten los movimientos propios de la rodilla que se mantienen unidos mediante los ligamentos y la cápsula articular que la rodea, siendo movilizada fundamentalmente por el aparato extensor, en el que se encuentra el hueso de la rótula, que también está afectada por el proceso artrósico.
¿CÓMO ES LA INTERVENCIÓN?
La intervención quirúrgica se realiza bajo anestesia epidural, aunque en ocasiones, según el criterio de anestesista, puede llegar a ser general. Consiste en efectuar una incisión para realizar los cortes necesarios y así extraer parcialmente la parte dañada de la articulación, que será sustituida por la prótesis. La prótesis consta de elemento femoral, tibial y patelar (rótula). En ocasiones, alguno de los componentes se unen al hueso mediante cemento de uso quirúrgico.
El tipo de implante que se utiliza depende del paciente, su edad y el estado en el que se encuentren los huesos.
Esta operación dura alrededor de una hora y, en alguna ocasión, puede precisar una transfusión sanguínea posterior. No obstante las técnicas actuales disminuyen mucho la necesidad de una transfusión.
Tras la intervención se puede mantener colocado un tubo de drenaje para eliminar los restos de sangre acumulados en la rodilla. La estancia media hospitalaria es de 4 ó 5 días, tras la intervención.
¿CÓMO PREPARARTE?
Previa a la intervención, se realizan los estudios preoperatorios habituales que han de ser validados por el cirujano y el anestesista, quienes indicarán si existen observaciones o cuidados médicos adicionales que tener en cuenta para minimizar cualquier riesgo médico-anestésico. En la preparación para la operación, los pacientes deben seguir todas las instrucciones que les hayan dado su anestesista y su cirujano.
Si el paciente toma medicamentos diarios, especialmente anticoagulantes (diluyentes de la sangre para prevenir trombos), debe comunicarlo a su médico para que este le indique la pauta a seguir con estos.
¿CÓMO ES LA RECUPERACIÓN?
Al salir de UVI donde permanecerá la primera noche para un adecuado control de sus constantes vitales y del dolor, el paciente puede sentarse e iniciará los ejercicios de movilidad pasiva continua asistida por nuestro personal con ayuda de nuestra máquina específica de movilización, así como inicio de la carga sobre el miembro intervenido con ayuda de dos muletas siguiendo las indicaciones de su cirujano.
El paciente al que se le implanta una prótesis de rodilla puede, por lo general, incorporarse a su vida cotidiana en un plazo de entre 3 meses. Es habitual el uso de una media elástica para evitar los tromboembolismos venosos.
Durante las primeras 4-6 semanas es necesario el uso de muletas o andador para facilitar la marcha que se van retirando de forma progresiva a medida que se progresa en el tratamiento rehabilitador que suele prolongarse una media de 6 semanas.
MÁS INFORMACIÓN: http://orthoinfo.aaos.org/topic.cfm?topic=A00357
MÁS INFORMACIÓN: http://orthoinfo.aaos.org/topic.cfm?topic=A00221
MÁS INFORMACIÓN: http://orthoinfo.aaos.org/topic.cfm?topic=A00301
MÁS INFORMACIÓN: http://www.serod.org/docencia.php?id=1